¡Qué falta de sentido común tiene!; es un sentir de muchas personas ante un principio universal más allá de toda frontera y es que a falta de conciencia de este “principio”, nos han llevado a perder parte de la sana convivencia y del “Bien Común”.
El sentido común es aquello a lo que nos referimos cuando queremos hablar y vivir sobre el conocimiento que todos compartimos. Aquello que consideramos básico y evidente, conclusiones a las que llegamos casi automáticamente al tratar de analizar lo que percibimos.
Sin embargo, a la hora de la verdad es difícil comprender exactamente qué es el sentido común. Por ello debemos vivenciarlo por una sana convivencia, más que comprenderlo. Es de sentido común el derecho a la vida, como tal conservarla y es de sentido común cuidarla.
El sentido común para Aristóteles lo atribuía a nuestra capacidad de percibir de manera casi idéntica los mismos estímulos sensoriales cuando estos hacen “Diana, blanco” en nuestros sentidos.
Cuando alguien escucha el crujido de una rama al romperse, está percibiendo lo mismo que habría percibido cualquier otra persona en su lugar.
En cierto sentido, esto indica que todos compartimos esa manera de sentir el impacto que el entorno tiene en nosotros, pero solo si nos estamos refiriendo a los aspectos más específicos y menos abstractos de lo que vivimos en el día a día: el sabor del café, las vistas desde un balcón, etc.
Para René Descartes, famoso filósofo francés, el sentido común era aquello que actúa de puente entre el ser racional e inmaterial que según él gobernaba el cuerpo.
El mundo físico, compuesto por el cuerpo humano y todo aquello que lo rodea en el tiempo y el espacio.
El sentido común es, así, una noción básica de que hay cosas que existen y cosas que ocurren, pero resulta un conocimiento muy vago del cual no podemos extraer grandes verdades capaces de darle significado a lo que nos pasa. El agua moja, el sol brilla… esa clase de ideas son las que emanarían del sentido común.
La filosofía pragmatista surgida en el mundo anglosajón a partir del siglo XIX ha generado toda una serie de pensadores que tienden a sostener que el sentido común es simplemente un conjunto de creencias sobre aspectos prácticos y básicos del día a día y que resultan útiles para desenvolverse en ellas.
Así, el sentido común no está definido tanto por su proximidad a la verdad, como por las consecuencias de creer en ciertas ideas.
En definitiva, mucho de lo que es o no es sentido común depende del contexto, porque este hace que creer o no creer en ciertas cosas tenga efectos distintos según el lugar y el tiempo en los que vivimos.
Como la mayoría de las personas vivimos en lugares que comparten muchas características y reglas, gran parte compartimos esas ideas.
El sentido común es un concepto que utilizamos a diario para referirnos a piezas de conocimientos que parecen evidentes, que en teoría todo el mundo debería tener claro, Sin embargo, muchos infringimos.
En Conclusión, el sentido común nos conserva y orienta a salvaguardar la vida y la sana convivencia, a pesar de personas en contravía.
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