En la realidad que vivimos ante la grave pandemia que nos mantiene en obligada cuarentena.
La gran desigualdad que impera en el mundo actual no responde a causas económicas, sino políticas o ideológicas reafirmadas por el Coronavirus o Covid-19, quien puso en evidencia la “violencia de la desigualdad”.
Las difíciles condiciones de los sectores sociales más empobrecidos son los que están poniendo el mayor número de los muertos, no solo por el mismo virus, sino por desnutrición a causa del hambre.
La pobreza es la mayor causa de hambre en el mundo.
Una hambruna causa malnutrición, desnutrición, epidemias y muerte.
Según Naciones Unidas, en el mundo mueren 24.000 personas de hambre, o por sus causas relacionadas, cada día.
En Europa, India, África ha habido hambrunas que han decidido su rumbo político y económico.
Las hambrunas de Irlanda, por ejemplo, obligaron a muchos a emigrar hacia el continente americano.
En Venezuela se habla actualmente, no de “hambruna” sino de que buena parte de la población “está pasando hambre”.
ONU advierte que el mundo está al borde de una pandemia alimentaria, El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas advirtió que mientras el mundo se enfrenta a la pandemia del coronavirus.
También está «al borde de una pandemia alimentaria” que podría desencadenar «múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos cuantos meses en caso de que no se implementen medidas de inmediato.
Paralelamente, cunde una tremenda preocupación por los crecientes costos económicos y la tensión social que produce el confinamiento de media humanidad.
El impacto económico de la pandemia puede llevar a una «catástrofe humanitaria» duplicando el número de personas que padecen hambre en el mundo, a unos 265 millones este año, advirtió el PMA.
Mientras la población mundial avanza de forma imparable y suicida, la superficie de tierra cultivable va disminuyendo inexorablemente.
La fuerte presión demográfica va eliminando paulatinamente los mejores valles, con las incesantes construcciones de edificios para la nueva población y las inmensas extensiones de terrenos necesarios para las comunicaciones
Todo esto por la concentración urbana y que están quedando solos nuestros campos.
Reflexionemos sobre lo que estamos haciendo con el planeta tierra, este mundo que nos prestaron nuestros hijos, nietos y tataranietos, ¿qué le vamos a devolver o mejor dejar a ellos?
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